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"LA COMEDIA NUEVA o EL CAFÉ"

 

Sinopis

Estamos en el Madrid del S. XIX. Hoy se estrena una nueva comedia. En el café, Don Antonio es informado del hecho por el camarero, Pipí. Llega Don Pedro, hombre rico, instruido, de raro carácter (aunque gran corazón) y de ideas avanzadas sobre el teatro. En el piso superior Eleuterio Crispín de Andorra, autor de la comedia que hoy se estrena, celebra el estreno con su esposa Doña Agustina, su hermana Mariquita, Don Hermógenes (el prometido de ésta) y don Serapio. Como necesita dar unos últimos retoques, baja y se sienta en una mesa a trabajar. Don Antonio y Don Pedro están charlando sobre el estreno. Así que él se acerca y, sin decir que es el autor, les muestra la obra impresa. Mientras Don Antonio (por su carácter socarrón) se divierte, Don Pedro se horroriza de la calidad de los versos y se va muy enfadado con Don Hermógenes, que ha bajado en el momento oportuno. Don Antonio va tras él para calmarlo. Mientras tanto, bajan también el resto de los componentes del grupo que estaba arriba y, confiados en el reloj de Don Hermógenes, aguardan la hora del comienzo de la representación comentando el éxito que les espera. Regresa Don Antonio comunicando que ha logrado llevar a Don Pedro al teatro y dándose cuenta el grupo de que el reloj estaba parado, salen todos corriendo. Al poco entra Don Pedro, furioso ante la calamidad de obra que estaba viendo y ha abandonado en el descanso. Mientras se está quejando a Don Antonio, precipitadamente aparece Don Serapio pues Doña Agustina ha sufrido un desmayo ante el rotundo fracaso de la obra. Un final adecuado a la intención de crítica que tenía el autor al escribir esta obra, así como muchas de las opiniones que sobre éste aparecen a lo largo de ella, nos hace reflexionar sobre el teatro actual. Y nos divierte comprobar la mentalidad de la época... ¿una mentalidad ya obsoleta?

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Montaje

La puesta en escena de esta obra ha representado todo un reto para el grupo. Como todas las obras de Moratín, la escenografía es relativamente sencilla, pues al seguir el autor "las reglas" no es necesario el cambio de decorados. Sin embargo, la interpretación en ella es fundamental, así que todos hemos tenido que trabajar duro para conseguir dar vida a unos personajes que, aunque bien perfilados por el autor, resultan difíciles de interpretar. El problema es transmitir el fino humor de sus coloquios al gran público de nuestros días, pues el tema está centrado en la polémica literaria establecida en la época en que fue escrita: en los comienzos del S XIX. Una polémica que nada dice a quien desconoce el desarrollo histórico de nuestra literatura. Pero nos valemos de una sencilla argucia para poner en antecedentes a todo aquel cuya máxima sapiencia no sea precisamente la literatura, y aprovechamos el más mínimo resquicio para traer discursos tan inactuales a la actualidad teatral.

Seguimos teniendo escasos medios económicos, y seguimos intentando crear la ambientación necesaria para llevar al público a la época en cuestión, principalmente utilizando los recursos del vestuario, sonido, mobiliario y utillería.

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Fotos

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